2/10/09

COSMETICA NATURAL


COSMETICA NATURAL

La aplicación asidua de cosméticos y los hábitos deficientes en materia de higiene constituyen una agresión ante la cual la piel reacciona, de forma manifiesta, con toda una gama de impurezas que disminuyen su belleza.

Aunque las recomendaciones para mantener en buenas condiciones la piel en general son también aplicables a la del rostro, ésta requiere atenciones especiales por ser las más expuestas a los rayos solares, a las inclemencias del tiempo, a la contaminación ambiental y a los cosméticos.
La protección que ofrece, por ejemplo, las distintas cremas para tomar el sol o afrontar los cambios climáticos pueden paliar, o incluso evitar, los efectos de estos elementos sobre la piel. Pero sin una adecuada hidratación, la piel del rostro acusará de diversas maneras las agresiones de que pueda ser objeto, entre las que se cuenta el uso de cosméticos con un alto contenido en sustancias químicas agresivas.

EL MAQUILLAJE
Para mantener la piel del rostro en buen estado y libre de los efectos de los productos químicos, es fundamental utilizar productos de cosmética natural. Pero también lo es quitarse el maquillaje antes de acostarse, para lo cual existen cremas, geles, leche y jabones de origen animal, adaptados a los distintos tipos de piel.

Después de quitarse el maquillaje es indispensable lavarse bien la cara con agua fresca, con el fin de eliminar todo vestigio del producto utilizado y las toxinas que puedan quedarse retenidas. Con ello se logra una exofiliación natural y la oxigenación necesaria para que la piel se regenere durante las horas de sueño.

No obstante, dado en la propia regeneración se elimina ciertas toxinas, el lavado del rostro con agua fresca deberá repetirse por la mañana, antes de proceder a la aplicación del maquillaje.
Los productos utilizados en la cosmética natural son menos agresivos que los compuestos químicos y, además, favorecen la regeneración espontánea de la piel.

LAS MASCARILLAS
Las mascarillas naturales son ideales para la restauración de la piel, por su capacidad de penetrar hasta sus capas más profundas y aportarles los principales activos que contienen.
Además, constituyen el complemento ideal de la limpieza y la hidratación adecuada. Asimismo, es recomendable que se apliquen en el cuello, donde también son evidentes los efectos del descuido y del envejecimiento.

La variedad de mascarillas de elaboración casera que se citan a continuación, con excepción de la de exfoliación que es aplicable a cierta clase de piel, obedece a las distintas funciones que deben cumplir, según las características de las pieles más corrientes.
Las pieles normales pueden tratarse con una mascarilla hecha a base de yema de huevo, miel y romero en polvo. Esta se extiende por la cara y por el cuello con una delicada espátula de goma o de madera, se deja actuar durante unos 15 a 20 minutos, y se quita a continuación con agua tibia.
Para las pieles secas, la mascarilla indicada es la de puré de plátano,. Se aplica sobre el rostro y el cuello con una gasa impregnada del puré, se lo deja actuar durante unos 20 minutos y se quita con abundante agua tibia.

La mascarilla de clara de huevo es especial para las pieles grasas. Se bate la clara a punto de nieve, se extiende por la cara y por el cuello y se espera a que se seque. Una vez seca, se quita con agua tibia a la que se habrá añadido una gotas de limón.
La piel del rostro es la más afectada por la contaminación ambiental ya que se halla expuesta con mayor frecuencia a la radiación solar y a los efectos del frío.
La mascarilla exfoliante se prepara con harina de maíz y agua. Se cubre con ella el rostro y el cuello mediante lentos, pero firmes movimientos circulares, a modo de masaje, y se quita con un algodón embebido en agua tibia.
LOS TONICOS
La tonificación de la piel mediante productos de origen natural es un complemento beneficioso de la limpieza diaria del rostro, pues estimula las capas cutáneas y la circulación sanguínea. Sólo los tónicos de efectos astringentes son indicados para las pieles grasas.

LA EXFOLIACION
Frecuentemente, la exfoliación es el método más adecuado para completar la limpieza a fondo de la piel del rostro. Si bien, de forma natural, se produce una exfoliación continua de las células muertas, que son regeneradas por otras nuevas, con los años este proceso se hace insuficiente, por lo que será necesario llevarlo a cabo de forma periódica con la ayuda de cremas o de geles específicos, denominados exfoliantes, procurando al tipo de epidermis. Ya sea ésta grasa o seca.

LA HIDRATACION
El cuerpo humano está compuesto, en una proporción considerable, de agua. Los cosméticos artificiales, agresivos en exceso, así como las inclemencias del tiempo -el aire y la radiación solar- tienden a resecar la piel del rostro y a provocar o acelerar su deshidratación. Por ello es de suma importancia no sólo una limpieza frecuente y cuidadosa, especialmente del rostro y de las manos, sino también el uso de cremas hidratantes que aseguren el debido nivel hídrico de la epidermis.

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